Nueva York es una ciudad muy grande, con largas distancias entre los diferentes lugares y barrios y donde no querrás perder más tiempo del necesario en tus traslados, porque hay mucho que ver y visitar. Así que resulta primordial saber cómo moverse en el Metro de Nueva York y orientarse para sacar el mayor provecho posible de tu estancia allí.
Sin duda, el metro de Nueva York es la mejor opción para moverse por la ciudad con transporte público, las diferentes líneas y paradas te acercarán lo suficiente a cualquier punto y su frecuencia de paso es buena en general. Probablemente los autobuses también sean buena opción lejos del centro, pero la densidad de tráfico de las calles principales de Nueva York los hacen poco atractivos o aconsejables.
Nosotros utilizamos el metro casi a diario durante nuestros días de visita, teníamos nuestras tarjetas Metrocard que adquirimos en nuestro trayecto del aeropuerto JFK a Manhattan y son un buen sistema, puesto que las vas «recargando» a medida que se quedan sin saldo, pero no tienes que ir comprando tarjetas nuevas o billetes de uno en uno, cada billete cuesta 2,75$.
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También es muy conveniente llevar un plano del Metro de Nueva York en el bolsillo (o en el Smartphone) y entender cómo funcionan los trenes que pasan, puesto que por cada andén pasan diferentes líneas que van a diferentes sitios o no paran en todas las estaciones.
Por ejemplo: Imagina que quieres ir desde Times Square (con la 42 St.) a Canal St. (que es donde está Chinatown).
En el plano está claro que la línea de Metro «amarilla», pero por esa línea «amarilla» pasan diferentes metros: N, Q, R y S (lo indican las letras debajo del nombre de la estación). Pues para ir a Canal St. solo puedes utilizar la N, la Q o la R. Además la N y la R paran en todas las paradas intermedias y la Q va casi directa (si te fijas en las paradas intermedias, la Q está indicada en pocas de ellas).
Así que una vez que identificas tu origen y destino, pon mucha atención a cual es la línea real (número o letra) que más te convenga para llegar teniendo en cuenta que por el mismo anden pasan varias de ellas y pueden no parar en todas las paradas.
Solo añadir que pese a todo lo que se ve en películas y series respecto a la «peligrosidad» del metro, nosotros no tuvimos en ningún momento sensación de inseguridad. Si bien es cierto que nos movimos por los barrios céntricos y en horarios bastante concurridos por lo general.