Día 20. Nature Trail y Weymouth

Era el último día de nuestro viaje en el que podíamos hacer excursiones y dedicamos la mañana a recorrer los alrededores del complejo vacacional de Warmwell donde estábamos alojados y que está lleno de vida salvaje y naturaleza, a la hora de comer nos acercamos hasta Weymouth para pasear por el pueblo y pasar la tarde antes de dedicarnos a preparar las maletas para el viaje de vuelta.

Cómo podéis ver en las fotos (que son de varios días) una de las ventajas de estar alojado en medio de la naturaleza en Dorset es la cantidad de fauna que puedes llegar solo mirando por la ventana o descansando en el porche de la cabaña donde dormíamos.

Durante la semana que estuvimos alojados vimos (y dimos de comer) a ciervos, patos y ardillas que, misteriosamente, conocen los horarios de desayunos y cenas de los huéspedes y siempre aparecen en el momento más oportuno.

Los patos se pelean entre ellos y contra las ardillas por los trozos de pan o cacahuetes, pero no se acercan a los ciervos. Los ciervos son un poco insistentes cuando ya les has dado algo de comer, incluso pueden darte algún cabezazo para pedir más. Y las ardillas son inquietas y veloces, ellas pueden acercarse a ti tanto como quieran pero si lo intentas tú se esconden en micro-segundos, para volver a asomarse al poco rato.

Además de recorrernos los diferentes lagos del completo, llenos de pescadores de día y de noche, recorrimos el Nature Trail. Es un sendero por pasarelas de madera alrededor de una zona pantanosa con carteles explicativos sobre la flora y la fauna de la zona. Es corto y no supone ningún esfuerzo.

Ahí descubrimos el nombre del pajarito de la familia de los petirrojos que se ve y se oye a todas horas, se llama Robin. De hecho el héroe de cómic Robin Hood, toma su nombre de este pequeño pájaro, el apellido Hood es por la capucha verde que le regaló Lady Marian.

Weymouth

Cerca de la hora de comer nos acercamos hasta Weymouth, un pueblo a muy pocas millas de Warmwell que no habíamos visitado.

Paseamos por las dos principales calles peatonales, St. Thomas y St. Mary, muy orientadas al comercio y al turismo, donde hicimos nuestras últimas compras de recuerdos y por las que llegamos hasta la desembocadura del río Wey (de donde el pueblo toma su nombre “boca del Wey”), puerto de pescadores de la zona.

Finalmente llegamos hasta el paseo marítimo y las playas, por donde fuimos volviendo hacia el coche. Nos encontramos con pabellones construidos para proteger a las esculturas de arena, con un circo de pulgas y una caseta de adivinación (ambos cerrados).

También destacan los “bancos cubiertos”, que dan fe del habitual y famoso tiempo lluvioso de Inglaterra y estuvimos sentados mirando el mar y los acantilados del horizonte en unas tumbonas distribuidas a todo lo largo del paseo y que se pueden alquilar por horas.

No pudimos dedicar mucho más tiempo a Weymouth, nos tocaba preparar maletas para emprender el viaje de vuelta así que después de este paseo nos volvimos hacia Warmwell para hacer los preparativos del viaje de vuelta.