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Conduciendo hasta Toronto, capital de Ontario

No voy a escribir sobre cada trayecto entre etapas de nuestro viaje a no ser que posea algún rasgo destacable. Sirva esta entrada para comentar como son las carreteras de la zona de Canadá por la que estuvimos, los servicios con los que cuentan y algunas costumbres de su conducción.

Para llegar a Toronto, donde íbamos a quedarnos 2 noches, teníamos por delante cerca de 450 km de carretera (la highway 401 hacia el oeste, ON-401 W) y preferíamos tener tiempo para visitar la ciudad más grande de Canadá así que decidimos no hacer visitas durante el trayecto.

Esta autopista, que nos llevó de Cornwall a Toronto, empieza a ponerte en contacto tanto con la dualidad lingüistica de Canadá como con su variada fauna y flora. No está en perfecto estado (su asfalto) pero se conduce de forma bastante cómoda. Esta es de 2 carriles por sentido, pero a medida que te alejas de la frontera con EEUU muchas “highways” pasan a ser de un solo carril.

La provincia de Ontario es anglófona y sin embargo se duplican en las carreteras todas las indicaciones y señales de tráfico (inglés y francés). También sorprende que te avisen continuamente de lo necesario de respetar la normativa de tráfico, sobre todo la velocidad máxima) y de los importes y penalizaciones que implican su incumplimiento así como te van recordando que las “patrullas aéreas” te están vigilando…

Y en cuanto a la fauna y flora, casi constantemente te sobrevuelan aguilas y buitres (además de cuervos y gaviotas por la proximidad del río), las señales de “atención que puede haber renos o ciervos cruzando” son continuas (aunque no vimos ninguno de los primeros) y, desgraciadamente, vas viendo restos de animales muertos en la carretera (mapaches, zorros …). Todo es verde en esta época del año y se van sucediendo bosques de arces y pinos y extensiones de hierba y vegetación.

La conducción es un pelín diferente a la que estamos acostumbrados en España: para adelantar se arriman demasiado a tu coche, tanto al comenzar el adelantamiento como al volver a incorporarse al carril y parece haber una norma “no escrita” por la cual el que va por la autopista cede el paso (es decir, frena un poco) ante el vehículo que se incorpora por una entrada a la misma para facilitarle el paso (esto nos dio algún sobresalto al principio). A parte de esto, los límites de velocidad suelen respetarse bastante en autopistas, algo menos en carreteras.

Por otra parte, hay áreas de servicio en casi cada salida y todas suelen contar con gasolinera con supermercado y al menos un restaurante de comida rápida de alguna de las franquicias más importantes allí: Tin Hortons (desayunos), Wendy’s (hamburguesas) …

Llegamos a Toronto a media tarde, habiendo hecho unos cuantos descansos y parado para comer, nos registramos en el Best Western Executive Inn (a las afueras de la ciudad) y nos fuimos hacia el centro para comenzar nuestra visita a la ciudad (de la que escribiré en próximas entradas).

Nota: hay 2 actividades/visitas que muchos viajeros recomiendan hacer en este trayecto (o haciendo escala en algún pueblo intermedio). Son el Upper Canada Village en Morrisburg, un pueblecito que recrea las costumbres, ambientes, ropajes y la vida en el Canadá de la segunda mitad del siglo XIX y el Crucero de las Mil Islas que se toma desde Kingston o Gananoque y hace un recorrido de unas 2 horas por montones de pequeñas islas (la mayoría con su mansión victoriana) que hay en el río Saint Lawrence.

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