Estuvimos alojados en este hotel la última semana de agosto de 2007. Se trata de un pequeño y acogedor hotel rural, de ambiente casero y tranquilo, en el Valle de Luiña de Asturias.
El hotel está ubicado en una pequeña agrupación de caserios en los alrededores de Cudillero, cuesta un poco llegar la primera vez, puesto que el GPS te conduce a una carretera encantadora, de las de un solo carril y con centenares de helechos y sauces bordeándola (tuvimos la suerte de no encontrar ni un solo coche de cara en todo el trozo), pero cuando el GPS te dice que has llegado, estas en medio de esa pista boscosa rodeado de verde y sin ninguna casa a la vista. Pero al fin y preguntando llegamos a nuestro destino, más tarde ya averiguamos la mejor forma de llegar que es sin duda, la que los propietarios del hotel indican en su web. Cito textualmente:
Por la N-634, desde Luarca o desde Avilés, con desviación al pueblo de San Martín de Luiña. Junto a la gasolinera se toma la carretera a Brieves, que nos conduce en 2 Km. a San Cosme.
Nota: Por mejorarlo un poco, desde Avilés el desvío hacia San martín de Luiña está justo pasado un pueblo que se llama «Las Dueñas» y entonces entras en la carretera AS-222. La gasolinera de la que hablan son 2 surtidores que aparecen a la derecha a unos 3 ó 4 km y justo detrás hay que coger una curva bastante cerrada, a partir de ahí son los 2 km hasta el hotel.
Está situado en la misma carretera, pero es de muy poco tráfico y apenas pasan coches a lo largo del día (uno o ninguno durante la noche).
El trato en el hotel fue amable y familiar desde el primer momento. Nos hicieron sentir prácticamente como en casa. Ofrecen la posibilidad de habitación y desayuno o media pensión a precios realmente buenos. Los desayunos consisten en bolleria casera, con bizcochos, sobaos, rosquillas y tostadas. Las cenas son para no acabárselas y con ese sabor característico de la comida casera, suerte de los paseos después de cenar sino los kilos de más se hubieran notado muchísimo. Fabadas, sopas de marisco, chipirones fritos, escalopines al cabrales, trucha… hay que decir que las cenas cuestan 8 € por persona e incluyen la bebida y el postre.
Las habitaciones son amplias y luminosas, con el mobiliario necesario para pasar unos días rodeado de naturaleza, disfrutando del «silencio» del campo (pájaros y vacas es casi todo lo que se oye desde la habitación, amen de algún coche muy de vez en cuando).
También disponen de un bar donde tomarse el café o la copita después de cenar, zona ajardinada y piscina y no es difícil aparcar en las inmediaciones del hotel a cualquier hora del día.
Os dejo una foto del hotel y el enlace a su web:
Hola. Os puedo asegurar que este Hotel es estupendo, pues yo ya estado dos veces, y quiero volver ya que esta en un sito, precioso. Besos