La esencia del low cost se puede medir en un par de centímetros, así es como comienza un extenso pero muy interesante artículo que acabo de leer en El País.
El reportaje pone unos cuantos ejemplos de prácticas «low cost» cada vez más habituales y potenciadas por los momentos de crisis que vivimos, protagonizadas por individuos de la mayoría de estratos sociales y en diferentes mecados: low cost no son solo vuelos.
También nos explican los motivos, causas y justificaciones de una conducta cada vez más extendida así como de casos de éxito que puede que conozcamos o no.
Algunos «extractos del artículo»:
… lo «básico» de una taza es que se pueda coger por el asa; y que para dicha función basta con un dedo, y para un dedo, tres centímetros son más que suficientes. De esta forma, sugerirían los ingenieros, conseguiría apilar 576 tazas más por palé y 23.040 más por camión. Así, podría llegar a vender cada taza a 0,80 euros, en lugar de a 0,99 … El ejemplo de la taza Syntes es real y reciente según la directora general de Ikea: «Nosotros no transportamos aire» …
… en el caso de Ikea, el origen de la obsesión por el espacio se encuentra en 1956, cuando se trataba de una casa de venta de muebles por catálogo. Un tipo llamado Gillis Lundgren, a quien le tocaba repartir el género en su coche, pensó que se ahorraría un par de viajes si le quitaba las patas a una mesa. Las arrancó y las volvió a montar en casa del cliente. Inventó el «paquete plano» y el low cost se lo sirve usted mismo …
… una red social en la que cada miembro ofrece su vivienda en un rincón del mundo a cambio de otra en otro rincón. Para la pareja de Valencia «viajar era una necesidad vital», pero no estaban dispuestos a pagar una locura por ello …
… se encuentra el Asus eeePC, un ordenador diminuto del que se han vendido cinco millones de unidades. Su precio: 199 euros …
… el estilo de vida de bajo coste ya no es terreno exclusivo de jóvenes y mochileros. «Ahora acuden a él todo tipo de personas. Se ha perdido el complejo de consumir barato» …
… vuelos baratos desde Londres hasta un aeropuerto casi desconocido de París, Beauvais … La comida no estaba incluida en el precio del billete y los asientos no iban numerados, como si el pasajero se hubiera subido a un autobús … de un avión, lo «básico» es que le transporte a uno de un punto A a otro B. El resto, sea el seguro, el exceso de equipaje o la comida, lo acabarás pagando …
… Cola Freeway, como la de Lidl, o aceite Hacendado, de Mercadona. Se conozca o no su nombre, hoy, un 59% de «las amas de casa» españolas asegura que una marca blanca «es de la misma calidad que la del fabricante …
Y así durante todo el texto, con ejemplos concreto de cómo y por qué Zara, Lefties, Lidl, Mercadona, Ikea, EasyJet, Vueling y muchas más llegan a aplicar medidas para abaratar costes y repercutir estos ahorros en mejores precios para el consumidor final. Fomentando esta «fiebre» low cost ya sea con «marcas propias» o con «marcas blancas». Algunos con más éxito que otros…
Desde luego no olvidemos una cosa: su objetivo es ganar mucho dinero, pero lo hacen permitiendo que nosotros compremos algo más barato! Os recomiendo leer el artículo entero, es muy interesante.
Artículo completo en: La revolución que vino del cielo
Yo no estoy de acuerdo en que muchos productos «low cost» tengan la misma calidad que otros tradicionales (sobretodo en alimentación), pero a veces hay que renunciar a algo,jeje.
En otros sectores sí que es una alternativa interesante, sobretodo muchas veces (como en IKEA) porque además de en precio ganas en tiempo de disponibilidad.
No hay más que ver lo loca que se vuelve mucha gente cuando le ponen algo tirado de precio en el super. Ya le puedes decir que lo cultivó un niño, o que le pagaron un céntimo al campesino, o que es malo para su salud… Lo único que conseguirás es que te miren cabreados.
El low cost tiene mucha fuerza.
Saludos