Este fin de semana hicimos una excursión de un día, desde Barcelona, por una parte de la Cataluña norte, la francesa, la que está en los mismos pirineos nada más cruzar la frontera de España.

Salimos de España por la N-II y como en Perpignan (capital de la region) hemos estado varias veces en esta ocasión decidimos tomar una carretera secundaria que nos llevaría a los pueblos de Cerét, Arles-sur-Tech y Prats de Molló para volver a entrar en España por la carretera de Camprodon (C-38).

Hay varias cosas que sorprenden en esta región, una es la práctica ausencia de banderas francesas, se ve la catalana en cualquier rincón, y otra es que en las tiendas en las que entramos y el restaurante donde comimos los camareros y dependientes se expresan indistintamente en catalán o francés. Muchas calles están rotuladas en los dos idiomas y todo tiene un sentimiento catalán muy arraigado.

Por otra parte estos pequeños pueblos, conservan gran parte de su pasado medieval fortificado.

Céret es un pueblo con bastante historia, en él se celebró en 1660 un encuentro para establecer la frontera hispano-francesa, en 1783 fue cuartel general del ejército español y ya en el siglo XX alojó a un grupo de pintores cubistas y fauvistas (entre ellos Pablo Picasso, Matisse o Juan Gris).

En Céret se conserva la torre de España, la puerta de Francia y una zona de arcadas, todo el pueblito es encantador y bastante empedrado. Además, debido a los artistas que allí vivieron, posee un museo de arte moderno y montones de galerías de arte que se suceden por sus callejuelas.

La place des Neuf  Jets (los nueve rayos), tiene una fuente central y 3 pequeños restaurantes con terraza. Mientras estuvimos allí hubo un guitarrista cantando canciones catalanas y amenizando la comida. En los restaurantes de esta plaza los precios de los menús oscilaban entre los 10 y los 15 € por persona. Allí comimos!

Coincidimos con el mercadillo semanal por lo que muchas de sus calles estaban llenas de tenderetes de lo más variado, aunque se repetían  sobre todo los de «cerezas» (averiguamos que la semana que viene es la fiesta de la cereza en Céret) lo que le daba al pueblo un ambiente mucho más intenso. La parte negativa es que la cantidad de gente y puestecitos nos impidieron hacer fotografías en condiciones.

Después de comer seguimos hacia Arles-sur-tech, pero lo pasamos de largo. El atractivo principal de este pueblo es una garganta (les gorges de la Fou) entre desfiladeros que se tiene por la más estrecha del mundo con zonas donde la anchura solo llega a los 40cm, tiene una longitud de 1.700 metros y una profundidad máxima de 470 metros. Cobran 7 € /adulto y te proporcionan un casco por seguridad ante eventuales despredimientos de roca.

Ya en Prats de Molló, sorprende lo bien conservado de la fortaleza que hay en lo alto del pueblo (Fort Lagarde) y la otra zona amurallada alrededor de la Iglesia y el pueblo original. La zona interior es prácticamente peatonal y vale la pena pasear un rato por sus callejas, aunque la mayoría son muy empinadas y con muchos tramos de escaleras.

También vale la pena alejarse con el coche del pueblo y observar sus murallas desde las montañas de los alrededores.

Para no volver por el mismo camino, desde aquí nos encaminamos hacia Camprodón lo que nos regaló algunas bonitas vistas de los Pirineos desde la propia carretera y desde el Col d’ Ares (a 1513 m de altura), justo antes de volver a entrar en España.

En total, desde La Jonquera hasta Camprodón son unos 90 km, que se pueden recorrer en un par de horas y vale la pena como excursión de un día, ir parando y visitando estos rincones de la «Cataluña Norte» dentro de Francia.

A continuación os dejo el mapa de la ruta:
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2 comentarios

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