Este post es el [part not set] de los 13 de la colección Cambio Climatico

SequiaLos países más industrializados (América del Norte, Europa Occidental y Japón) son los responsables de la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, son los países que se encuentran en vías de desarrollo los que más sufrirán los efectos del cambio climático, y más concretamente la no disponibilidad de agua.

Para paliar dicha situación es imprescindible que la población mundial asuma inversiones elevadas, las cuales podrían multiplicar por dos las realizadas hasta ahora en infraestructuras hidráulicas, vinculadas al saneamiento doméstico, el tratamiento de aguas de desecho y el servicio de regadío.

Además de la sequía provocada por el cambio climático, existe otro problema no menos importante, la llamada «sequía antropogénica», causada por una gestión del agua que se preocupa más por aumentar la oferta que por gestionar los consumos.

Por ese motivo, es necesaria una nueva cultura del agua basada en una gestión integral que prime la eficacia y eficiencia de los sistemas de suministro, priorice el interés social y ambiental en la utilización del agua, corrija las pérdidas y controle la demanda y los usos de este preciado recurso. En la planificación y gestión del agua es necesario tener en cuenta las predicciones sobre cambio climático.

Alteraciones del ciclo natural del agua:

Se prevee que en el año 2100 el nivel del agua del mar haya aumentado entre 9 y 88 cm. El mar podría invadir los litorales muy poblados de países como Bangladesh e incluso provocar la desaparición del algunas naciones, como las Maldivas. Esta circunstancia provocaría, lógicamente, fuertes movimientos migratorios.

Incremento de disponibilidad de agua en los trópicos y en las latitudes altas, pero disminución en las latitudes medias y bajas semiáridas (como por ejemplo, España), en las que aumentará la sequía.

Reducción de los rendimientos agrícolas y, por tanto, escasez de suministros. Las zonas centrales de los continentes, como el centro de EEUU y el de Asia, se pueden secar, lo que produciría una reducción drástica de la disponibilidad de cereales. También pueden sufrir similares consecuencias las agriculturas de secano de la zona situada al sur del Sahara.

Disminución de los glaciares y del manto nival, que afectaría a las regiones abastecidas por el agua de fusión resultante y habitadas por más de una sexta parte de la población mundial.

Reducción de la cantidad y calidad de los suministros de agua en todas las zonas costeras como consecuencia de la intrusión de agua marina provocada por la subida del nivel del mar. La contaminación por agua salada de los acuíferos costeros es ya una realidad en Israel, en Tailandia y en alguno de los deltas más productivos del mundo, como el de Yangtsé en China y el del Mekong en Vietnam.

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