Con este comentario: «Si Einstein hubiera nacido hoy, se le consideraría autista» se tituló ayer la contraportada del diario «La Vanguardia». El artículo habla de la experiencia de Thorkil Sonne, un danés de 47 años a cuyo hijo pequeño le diagnosticaron autismo.
Es una historia de lucha interior y superación, de oportunidades y de futuro que me encantó leer.
Él y su mujer, tuvieron una terrible crisis tras el diagnóstico en la que su principal miedo era que su hijo dependería toda su vida de ellos. Pero sabían que su hijo tenía habilidades increíbles para ciertas cosas, y para otras, como socializar, era incapaz. Que por cierto son habilidades y carencias bastante comunes en los autistas, además de necesitar un entorno totalmente «cronometrado» y preciso, lejos de sorpresas u hechos inesperados. En palabras de Sonne:
la improvisación le crea mucha inseguridad.
Pues bien, con el objetivo de ayudar a su hijo a vivir en este imprevisible y competitivo mundo, que fuera más autónomo y hacerle sentir útil utilizando sus habilidades, Sonne dejó su trabajo y creo una empresa. En sus palabras:
Tienen muchas habilidades valiosas que yo decidí aplicar a una empresa de tecnología de la información, un tema que conocía bien. Me miré en el espejo y me di cuenta de que yo era quien podía facilitar un futuro a mi hijo, y en el 2004 creé Specialisterne.
No recibí ayudas de ningún tipo, hipotequé la casa, y mi mujer confió en mí. Nadie, ni siquiera el Gobierno, creía que una compañía privada pudiera tener beneficios empleando a personas con discapacidades.
La empresa ahora cuenta con 50 empleados, de los que el 75% son autistas y está en plena expansión.
Me parece de un valor temendo lo que está consiguiendo este hombre, en una Europa más que competitiva, crear y hacer crecer una empresa de esas características tiene un mérito casi heroico. A los problemas de cualquier empresa se le suman empleados con dificultad para relacionarse con gente que no tiene su discapacidad y tener que planificarlo todo para evitar cualquier imprevisto. Buffff….
Por otra parte Sonne destaca ciertas ventajas que en otras empresas privadas no se dan:
gente joven a la que el trabajo le reconforta, caso de estudio en Harvard y ESADE. Mi sentimiento es que tengo grandes empleados. Cuando hablo con ellos no utilizo ni la ironía ni el sarcasmo, hablamos abierta y honestamente, y eso es muy bonito. No hay dobleces, ni intrigas, ni desconfianza. Cuando trabajan en algo que les motiva, trabajan duro y siguiendo el mismo camino hasta la perfección.
Eso también es difícil encontrar (al menos en Barcelona)
Una de las partes más intrigantes del artículo es en la que habla de Genios famosos que hoy en día se considerarían autistas:
Si Einstein hubiera nacido en nuestros días, habría recibido un diagnóstico de autista. Probablemente, le hubieran llevado a un colegio especial y nadie hubiera esperado nada de él. Lo mismo les habría ocurrido a Darwin, Newton y Leonardo Da Vinci.
… en su época fueron respetados y admirados porque utilizaban la lógica extrema con fantásticos resultados. Hoy lo que exige la sociedad es uniformidad.
Intrigante por que considero que es verdad ¿Cuántos futuros genios pueden estar ahora mismo en el mundo apartados de poder llegar a serlo? Si la sociedad actual exije uniformidad, cualquier persona que se salga de ella será apartada o escondida, cualquier habilidad extraña se considerará locura y se intentará que no se note. Por miedo, cobardía, rechazo, sentimiento de culpa … ¿para cuántos será ya demasiado tarde?
Sonne puede estar haciendo un trabajo extraordinario a futuro, ¿quien sabe lo que esos jóvenes entusiasmados, y sus extraordinarias habillidades, pueden llegar a desarrollar?
Creo que la humanidad necesita de esos genios, que debemos aprender a tratarlos y entenderlos y, como hace Sonne, encontrar la manera de canalizar su potencial: por ellos y por nosotros!
Podéis leer el artículo entero aqui: Contraportada de la Vanguardia de 05 de marzo de 2008 para los que no estén suscritos y os interese, os la puedo mandar por email.
Interesantisimo, vaya huevos que le ha hechado el padre del chico esté, pero confió en lo que creía y le salió bien. Es muy preocupante eso que comentas de que la sociedad exige uniformidad, es una pena que la gente no se fije en las habilidades aprovechables de una persona y la catalogue de raro por no ser como la mayoría. Al igula que tú estoy seguro de que hay miles de genios escondidos.
Saludos.
Está claro que si destacas demasiado, o eres un payaso o un mentiroso o te falta un tornillo… ¿seguro que es así? No permitimos que nada despunte, y si lo hace es que debe ser malo! Sí, es preocupante y triste. A saber que estaremos perdiendo al tener las miras tan cortas!
La línea que separa al genio de la enfermedad mental es muy delgada…
hola, me gustaría mucho leerla, me la puedes mandar por email?
muchas gracias